A raíz de la pandemia de COVID-19, muchas empresas decidieron trabajar en remoto para preservar la salud de sus colaboradores. Ante esta situación, los líderes de equipo se encontraron con la necesidad de redefinir su estrategia de management.
Si bien existen muchas herramientas de gestión de proyectos que agilizan las tareas, la supervisión de equipos virtuales requiere un cambio fundamental en la visión del trabajo. ¿Cómo se adaptaron nuestros líderes a la nueva situación? En este artículo te lo contamos.
Consejos de nuestros líderes para administrar un equipo de trabajo virtual
1. Establecer expectativas
Una de las funciones de un líder digital es consensuar con el equipo los objetivos y cómo se los medirá.Es básico aumentar el feedback para que todos conozcan las expectativas y los resultados que se esperan de ellos.
2. Designar canales de comunicación
Determinar qué herramientas de comunicación se usarán en el equipo y con qué finalidad. Concretar una reunión explicando las funcionalidades de la herramienta para asegurarse de que todos sepan cómo utilizarlas y cuáles son las claves de acceso.
3. Realizar registros individuales
Destinar un momento para reuniones cara a cara virtuales con cada colaborador, o en pequeños grupos, para conocer en primer persona su desempeño y cómo se siente al respecto.
También, fomentar la comunicación a través de canales escritos para discutir temas más simples que no requieren una reunión.
4. Programar reuniones de equipo completo
Es fundamental reunir a todo el equipo semanalmente o cada 15 días. Estas reuniones deben ser profesionales y productivas, pero también dejar espacio para el humor y la empatía.
En este sentido, es necesario humanizar y establecer un tono propicio, e involucrar a todos. Romper el hielo para asegurarse de que cada integrante tenga voz y sea escuchado.
5. Priorizar los resultados sobre la actividad
Puede ser tentador monitorear a qué hora las personas del equipo inician sesión y hacen su trabajo, pero parte del aprendizaje está en comprender que los resultados hablan por sí mismos.
Mientras el trabajo sea bueno y se cumplan los resultados, no hay razón para excederse en la supervisión operativa.
6. Inculcar independencia
Los integrantes de un equipo remoto necesitan comprender que tienen libertad para equilibrar su carga horaria de trabajo con su vida personal. Es importante ayudarlos a descubrir, cultivar y mejorar su equilibrio trabajo-vida al inculcarles un sentido de independencia.
7. Gestionar la motivación
Motivar al equipo agradeciendo su compromiso, celebrar los hitos conseguidos, los éxitos y los progresos. En este sentido, una buena práctica es publicar los resultados para que todo el equipo vea los avances alcanzados.
8. Practicar la paciencia y la empatía
Algunas personas se adaptan mejor al trabajo remoto que otras y es importante escuchar activamente a cada colaborador sobre cómo se siente al respecto.
9. No intentar arreglar lo imposible
Como líder de equipo, es crucial considerar si la raíz de un problema está en una situación reparable o en una realidad imposible de resolver en remoto.
El tiempo y la energía se aprovechan mejor resolviendo lo que sí se puede y ayudando a cada persona a hacer su mejor trabajo.
10. La confianza es la base del trabajo en equipo
Cuando hay un lazo de confianza entre líderes y colaboradores, las personas dan un paso adelante de manera voluntaria y trabajan de forma óptima, conjunta y eficiente.
Adoptan un propósito común, asumen riesgos, piensan de forma creativa, se ayudan mutuamente y se comunican de manera abierta y sincera.
La clave está en “Liderar con el ejemplo”
Si liderás un equipo de trabajo virtual, estas premisas te ayudarán a transformarte en el líder que todas las personas quisieran tener:
- Transmití confianza a tus colaboradores
- Organizá el trabajo de manera realista
- Sé puntual
- Interesate por las personas y por cómo se sienten
- Conservá la calma para transmitir seguridad
- Sé protagonista de tu propio aprendizaje en esta situación
Conclusión
En Grupo Tagle estamos seguros de que toda crisis trae una oportunidad y esta no es una excepción.
La pandemia terminará, pero nos habrá dejado herramientas y buenas prácticas para fortalecer a nuestros equipos y estar siempre listos para hacerle frente a cualquier escenario.